domingo, 8 de noviembre de 2015

Es gracioso, porque ya no tengo días gloriosos ni horribles,
honestamente, estoy lo más balanceada que he estado en mi vida.
Me entiendo con mi soledad, pero puedo buscar compañía si la quisiera,
no me dejo ahogar en mis penurias porque me han empezado a resbalar.
Todavía no tengo un sentido de futuro, pero es cosa que de todas maneras nunca tuve.
Sigue sin interesarme la política, y no hay cosa que me haga dejar de cantar.
Equilibrada, fácil, contenta.
¡Qué fácil que es no tener que preocuparse por otra persona!
Y por más que verdaderamente disfrute este nuevo sentido de libertad que he descubierto,
aquí me encuentro
escuchando Pink Floyd y la Bersuit,
soñándote por las noches (por accidente),
esperando a algo que me haga sentir como vos solías hacerlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario