Recuerdo cuando me llamaste y me dijiste que me amabas, y yo te dije que no podías hacer eso.
Que no podías hablarme cuando me necesitaras e ignorarme cuando te sintieras bien.
Recuerdo la vulnerabilidad en tu voz, esa que usabas cuando todo estaba bien;
esa que extrañé tanto después de que nos peleamos.
Recuerdo la dureza en la mía, en mi trato; desgarrada por tu ausencia, acorazada por el dolor.
Me dijiste que hacía de tu vida un desastre, pero que querías que así lo fuera;
dijiste que querías que fuéramos un desastre juntos (y me hiciste llorar).
Recuerdo mi reacio a dejarme ver, porque en ese momento me dí cuenta
de que sin importar cuánto había intentado seguir, nunca te había dejado de esperar.
Recuerdo que te dije que estaba quebrada de tantas maneras,
recuerdo que me dijiste que me arreglarías (y me hiciste llorar).
Y hoy me doy cuenta de quién estaba más roto,
y hoy me duele tanto que seas vos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario