martes, 20 de agosto de 2013

Hay tantas cosas que quisiera pensar, analizar.
Pero si lo llegar a hacer,
me sentiría abrumada por el resultado.
Estoy más que segura.

Más que segura que de una u otra manera
caeré.
Sin más ni menos, sólo así.

Es difícil no hacerlo
cuando siento tu cuerpo,
tembloroso, junto al mío.
Tus titubeos, tus ojos.
Tus ojos que me gritan cosas
que no logras decir.

No sabría qué hacer
si algún día dejas de lado tu silencio.

martes, 13 de agosto de 2013

Quizás fue su amor por la lectura,
o la manera en que escribía.
O quizás el hecho de que 
producía mariposas en mi mente 
en lugar de mi estómago.
Eran sus ideas,
me fascinaban.
O quizás era que entendía
cuán difícil e importante
era para mí abrirme a alguien.
Entendía las pequeñeces
que para mí significaban mucho. 
¿Y quién sabe?
Quizás para él también.

domingo, 4 de agosto de 2013

sábado, 3 de agosto de 2013

Hay momentos en la vida en los que te sientes uno con el universo.
Una paz abrumadora en tu interior
mezclada con una alegría inexplicable.
Es como si de repente,
todo fuera a estar bien.

Todos tus temores se difuminan en ese momento.
Todo desaparece.
De repente lo único que importa es eso.

Y ese sentimiento se guarda en tu memoria,
en el fondo del estómago.
Quizás no donde habita el alma,
pero cerca.

Ahí es cuando te das cuenta.
Te das cuenta de que no quieres vivir sin ese sentimiento.

Te das cuenta de que todo el dolor que puedes haber padecido
se compensa en ese momento
con ese único sentir.