Este es el primer año, desde que te conozco, en que no te veo

(ya no sé qué decirte que no te haya dicho,

ya no sé qué escribirte para seguirte buscando

incluso sabiendo que no te voy a encontrar).

No suelo darle importancia a los divagues de mi inconsciente,
un sueño sólo tiene significado si uno se lo otorga
y no hay lugar en mi mente que quiera
cederte más poder del que ya tenés
sobre mí.

¿Vos entendes que han pasado mas de dos años y yo te sigo escribiendo?

Son las seis de la mañana y yo sigo buscando las palabras correctas para describirte, 

como si los últimos cuatro años no hubieran sido suficiente tiempo para encontrarlas.

Sin importar cuántas cosas pasen, sigo escribiendo; 

residís bajo la superficie de cada palabra.

Y no sé si eso es bueno o malo

 -sospecho que malo-,

 tampoco sé si quiero que me leas 

-sí, lo quiero-;

lo único que sé es que el tiempo pasa

y no he logrado bajar el lápiz. 

Me causa un timbre de melancolía el ver que

todo lo que me has dejado 

cabe en una caja de zapatos.

¿Cómo es que hasta el amor más grande termina siendo 

un bulto en el fondo de un placard, 

lleno de cartas que no querés volver a leer?

I'll still sing for you.

Últimamente te he estado soñando en los lugares más inesperados,

no entiendo si sos vos el que me busca
o si soy yo la que te quiere encontrar.

Siento tan poco, y sin embargo a veces me desbordas.
Vos y tus sonrisas, vos y tus besos.
Yo y mi incapacidad para escribirte
(dame tiempo).