lunes, 30 de junio de 2014

Deja de huir de lo que sabes que te alcanzará,
deja de pelear contra la marea que amenaza
con tragarte entera.

¿O más bien debería decirte que no dejes de hacerlo?

Las guerras más admirables son las que se dan contra lo inevitable.
Recuerdos de un pasado no tan lejano,
es más, bastante cercano. 
Recuerdos de una profunda tristeza
adueñándose de mis noches,
creando murciélagos en mi cabeza,
Recuerdos de pies retorcidos
con alma pesada, quebrada
por tanta soledad.
Sepan perdonar si llego a sonar triste, 
o si mi reminiscencia evoca fragmentos de añoranza.
Suelo dejarme llevar, 
dejarme llevar por pesares.
Suelo dejarme llevar,
dejarme llevar por recuerdos.
Y entre los recuerdos y el pesar,
¿Quién quiere, quién puede, intentar olvidar?